El flúor dental protege a los dientes durante toda la vida, pero es en la etapa infantil donde tiene más efecto beneficioso.
Es muy aconsejable para prevenir caries dentales, aumentando la resistencia del esmalte, es antibacteriano y además remineraliza la capa del esmalte.
El flúor es un mineral presente de forma natural en las fuentes de agua y está también presente en algunos alimentos como ser el té, pescados y mariscos, el arroz, el trigo, la manzana, la uva, el tomate y verduras como las espinacas.
El flúor en los adultos evita la aparición de caries de cuello o en las raíces dentarias, incluso elimina la sensibilidad dental.
Se ha demostrado que la ingestión continua de cierta cantidad de flúor, en la primera infancia, protege tanto a los dientes de leche como a los definitivos contra la caries dental.
El mejor procedimiento para asegurar un consumo adecuado de flúor es la fluorización de agua potable, considerada una medida de protección colectiva, para todos los usuarios.
Existen métodos de aplicación local de fluoruro, por lo que es importante visitar al médico odontológico quien es el que aplica estos tratamientos.
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